Ha aumentado el número de hogares donde se habla español en Estados Unidos desde el año 2000, según los datos de la Oficina del Censo estadounidense. Ello se debe al crecimiento en la inmigración latinoamericana.

Además de California y Nueva York, la población de habla española ha crecido en Delaware, Nevada, Utah y hasta Dakota del Sur. Los hispanos forman la principal minoría del país, con 43 millones de personas en una población de más de 300 millones. Lo que hace que crezca el número de libros, discos y todo tipo de productos destinado al mercado hispano.

Además, es común la señalización en español en aeropuertos, oficinas del Gobierno y tiendas. "Hablar otro idioma no es necesariamente un retroceso. El bilingüismo es ampliamente visto como un ‘boom' para una persona o para un país", asegura Jeanne Batalova, experta en inmigración en el Migration Policy Institute.

Grupos conservadores intentan frenar la inmigración. Ven una amenaza a la cultura estadounidense en la creciente popularidad del español y argumentan que los latinos se resisten a aprender inglés. Esto tiene fácil arreglo: si el Gobierno gastara 200 millones de dólares anuales en clases en los próximos seis años, enseñaría inglés a todos los inmigrantes. Y con ello garantiza su integración a la vida cívica.

Clemente Ferrer Roselló

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