Es preocupante el grado de deterioro que presenta la convivencia política en Cataluña. Lo acaba de comprobar el Partido Popular en Figueras (Gerona), obligado a abandonar su sede este verano debido a las continuas amenazas, pintadas y presiones del entorno independentista. Por su parte, también los intelectuales catalanes firmantes del reciente manifiesto antinacionalista han sufrido diversos ataques y alguno de ellos ya ha sido amenazado de muerte. Algunos aprendices de fascistas están empeñados en crear en Cataluña, por medio de sus continuas amenazas, un ambiente irrespirable para defender opciones políticas no nacionalistas. El Estado de Derecho no puede seguir mirando para otro lado y permanecer impasible porque está en juego en Cataluña algo tan fundamental en democracia como es la libertad.
Maria Serrano
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