Hagamos unos números sobre el Estatut. Desde que se aprobó en 2006, con el aumento de competencias, se ha disparado el número de altos cargos políticos en Cataluña un 60% y el de cargos de confianza un 50%.
Es decir, a la clase dirigente catalana este Estatut les ha ido muy bien. Por el contrario, en el mismo tiempo 400.000 catalanes han perdido su trabajo, 10.000 empresas catalanas han tenido que cerrar y la renta media de un catalán ha perdido posiciones respecto al resto de españoles.
Es decir, con este Estatut los ciudadanos normales catalanes no hemos ganado nada sino que hemos perdido. Como oí el otro día en la calle: "A los únicos catalanes que beneficia este Estatut es a los catalanes que van en coche oficial".
Vicenta Arnau