Sr. Director:
El pasado día 10 de Agosto entro en vigor el Estatut, la celebración pasó lo más desapercibida posible. Sólo Maragall los celebró pronunciando un discreto discurso en Sant Jaume de Frontanyà, el pueblo que, con 31 habitantes, es el municipio más pequeño de Cataluña. Todo un símbolo y la constatación de que los líderes del tripartito no desean seguir armando ruido con un Estatuto que no es, ni mucho menos, del gusto de todos los catalanes.
Desde el día 10 vivimos en un país asimétrico y en una nación de naciones. Esto Pasqual Maragall también lo sabe, de ahí que ayer se confesase ante el menguado y rural auditorio afirmando que el Estatuto es una "nueva constitución" y que la autonomía que él preside es "lo más parecido a un Estado de toda Europa".
Si lo que afirmó Maragall es cierto. Por eso el Gobierno Central deberá dar explicaciones, al menos a los catalanes que no nos consideramos independentistas. Y es que si el estado de las Autonomías creó de la nada 17 clases políticas con sus 17 clientelas y sus 17 presupuestos, la "España Plural" de ZP va a poner a su disposición 17 constituciones, con sus privilegios, sus comités, su folclore aldeano y sus interminables demandas. ¿No les parece que el discursito de Maragall en Sant Jaume de Frontanyà es algo más que la entrada en vigor de un Estatuto autonómico? Es el punto de arranque, y tal vez de no retorno, de todo lo que está por venir. Fue el inicio del fin y esto no volverá a ser lo que era.
Jesús D. Mer Madrid
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