Las tres marcas, especialmente la primera, temen perder clientes en España, donde el piloto es un ídolo. Mientras, Telefónica mantiene su postura de no volver a patrocinar la Fórmula 1 de donde salió muy escaldado… por mucho que insista Alejandro Agag. Las declaraciones de Ron Dennis obligan a replantearse toda la responsabilidad social corporativa de las empresas así como sus patrocinios: ¿qué pasa cuando equipo y deportista entran en conflicto?

¿Qué pasaría si Pepu Hernández manifestara públicamente su deseo de que Pau Gasol jugara fatal? ¿Qué ocurriría si Luis Aragonés optara por no convocar a Raúl aunque eso significara perder el billete para la Eurocopa de fútbol? Son dos paralelos de lo que ha ocurrido, no ya en McLaren ni en la Fórmula 1, sino en todo el sector de patrocinio empresarial y de la responsabilidad social corporativa.

El enfrentamiento entre Ron Dennis, patrón de McLaren y su el actual campeón del mundo, Fernando Alonso, entra en el terreno del Código Penal: ocurrió cuando Denis afirmó, bravucón, que en China "peleábamos contra Alonso. Nos valía que Kimi (Ferrari, la competencia) ganara y que Lewis fuera segundo". Suponemos que los accionistas de McLaren le han encargado a Dennis que gane todos los campeonatos, el de constructores y el de pleitos, y, en éste último, que ganen los dos: Alonso y Hamilton. Un responsable de imagen corporativa comenta que esas palabras es como si Francisco González, presidente del BBVA confesara ante los accionistas su empeño en que una de las divisiones de la entidad perdiera dinero.

En definitiva, un asunto deportivo ha puesto patas arriba, o al menos en estado de alerta, a todos los encargados de Responsabilidad Social Corporativa, porque el lío de McLaren deberán arreglarlo sus accionistas, especialmente el propio Dennis y Mercedes, pero su efecto económico va mucho más allá.

Por ejemplo, existe preocupación en los tres principales patrocinadores de McLaren por sus ventas en España: Vodafone, Santander y la propia Mercedes. Especialmente en los dos primeros. No olvidemos que la perla mercantil del  británico Vodafone es España y ahora resulta -dato de no fácil interpretación- que en las últimas cifras de portabilidad facilitadas por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones. Vodafone, líder en este segmento, se ha derrumbado.

No digamos nada del Santander. El lunes 9, la foto de Alonso aparecía sonriente, pero no la de Hamilton: ¿Se atreverá Emilio Botín a publicar la foto del odiado Hamilton -odiado en España, aclamado en Gran Bretaña- si gana el mundial en Brasil el próximo día 21?

Y ojo, porque hasta el divorcio Alonso-McLaren es difícil. A pesar de las insistentes sugerencias de Alejandro Agag, en Telefónica no quiere volver a la Fórmula 1. Y para que Alonso vuelva a Renault o fiche por Ferrari, serán necesarios nuevos patrocinadores. Por de pronto, el problema lo tiene Vodafone, Santander y Mercedes. Por ese orden.