Hace unos días, hablando del derecho a la vida del nasciturus, un amigo me preguntó: ¿el non nato sueña
Obviamente, respondí, no se puede saber, pues el feto no está en condiciones de poder verificárnoslo. Pero existen todos los presupuestos para ello.
Es posible hacerle al pequeño prematuro (no olvidar que un prematuro es un feto impaciente por salir del vientre de su madre) un electroencefalograma para verificar su actividad cerebral y los estados de sueño que se suceden.
Desde la semana 30, aproximadamente, e incluso antes, se empieza a diferenciar entre un sueño sosegado" (equivalente al No-REM del adulto) y un sueño "activo" (equivalente al REM).
Una investigación llevada a cabo en la Universidad de Yale (EE.UU.) también ha demostrado la presencia de un ritmo circadiano desde la mitad del embarazo. Recuérdese que el ciclo sueño-vigilia, que se repite como una constante en nuestras vidas, está regido por un "reloj biológico" interno que nos dicta cuándo despertar y cuándo dormir. A este ciclo se le denomina ritmo circadiano. El ciclo circadiano abarca veinticuatro horas, divididas en ocho para el sueño y dieciséis para la vigilia.
El feto llora cuando se le agrede desde el exterior. Sí, ¡el feto llora! El equipo de la doctora Jeannie Gingras, del Carolina's Medical Center de Charlotte, Carolina del Norte (EE.UU.), ha logrado captar las imágenes del llanto fetal a partir del séptimo mes de vida intrauterina debido a una perturbación con estimulación vibroacústica.
En efecto, a partir de la 20a semana de gestación el feto posee ya todo lo necesario para el llanto: la coordinación de la respiración, la apertura de las mandíbulas y de la boca, el movimiento de las mejillas, el movimiento de la lengua y la deglución.
Jesús Martínez Madrid