Ya sabíamos que el Fórum 2004, que se inaugura el próximo fin de semana, olía a masonería, pero nos faltaba la confirmación: el edificio central de Fórum Universal de
Por si el triángulo masónico no bastara, y además de la acostumbrada invocación a la paz y la fraternidad universales, el espectáculo inaugural estará cargado de simbolismo (presumo que va a surgir algún reloj, no me pregunten dónde, pero seguro que surge el reloj y hasta el compás). Por ejemplo, "el mundo en conflicto que quiere dialogar", uno de los capítulos más publicitados por el Fórum, estará representado por una esfera de hierro oxidado (el simbolismo de la herrumbe se me escapa, mis conocimientos de la criptografía masónica no dan para tanto).
A todo ello, deben añadir una iconografía y una filosofía, una forma y un fondo, que parece una tenida de larga duración: la que tendrá lugar en Barcelona desde el 9 de mayo al 26 de septiembre. Por ejemplo, otro de los platos fuertes será el Parlamento Mundial de las Iglesias, donde los adventistas del séptimo día discutirán de igual a igual con los musulmanes, y los judíos con los animistas de la selva congoleña. Todo muy masónico. Ya saben, todos los credos son igualmente buenos y dignos de respeto; es decir, todos los credos son igualmente estúpidos.
Naturalmente, en cuanto los políticos, especialmente los socialistas catalanes, han tocado a rebato y han presentado un programa tan dialogante, universal y ecologista, todos los poderes económicos se han apresurado a patrocinar el invento. Y es que la masonería está por el diálogo pero también por el dinero: hasta para dialogar hace falta financiación. Y la fraternidad universal, no digamos.
Por cierto, todo el aroma que emana del Fórum recuerda las apocalípticas imágenes del Anticristo, entendido como líder global, socio-político-económico-religioso. Pero, sobre todo, global. Un líder de la tolerancia, que unificará credos, sentimientos, filosofías y hasta el sistema de pesos y medidas. Un líder globalizador. Será una pura coincidencia, pero insisto: ninguna religión exige tanta fe como la de los adoradores de las coincidencias.
Y dicho todo lo anterior, a mí no me importa que el gran espectáculo del Fórum no pase de ser una tenida masónica. Pero, ¿por qué los masones tienen que ser tan horteras? Ya sólo me queda una duda: para recibir a todos los dialogantes mandatarios que acudirán a
Eulogio López