El presidente del lobby inmobiliario que agrupa a las grandes empresas del sector, ha afirmado que, en el futuro, sería deseable que el sector fuera "mucho más pequeño y mucho más profesional". Sin embargo, en esa reestructuración, aboga por que se produzcan fusiones y no caídas de las grandes compañías, ya que "no conviene a nadie, ni a los bancos ni al país", ha afirmado a Hispanidad.
Además, en cuanto al plazo de seis meses (hasta julio) marcado por el Gobierno para que la banca valore sus activos inmobiliarios, ha afirmado que le parece "corto" y que "las valoraciones de los suelos tendría que poder hacerse este año y el que viene".
Preguntado sobre la responsabilidad del sector en la crisis actual, Rodríguez-Avial ha explicado que, aunque "debemos ser autocríticos", el sector no tiene "ninguna culpa especial". Según él, "los precios los subía el mercado, pero eso pasa en cualquier sector".
En cuanto al papel de bancos y cajas, y en contestación a las palabras de Emilio Botín en las que afirmaba que el Santander no tenía ninguna culpa, Rodríguez-Avial ha manifestado que respeta su opinión, pero que "el sector financiero tiene mucha responsabilidad" y, aunque el Banco de España avisó de la burbuja inmobiliaria, "no tomó medidas".
Para el presidente del G-14, es fundamental que fluya el crédito para superar la coyuntura actual. En este sentido, cree muy positivas las medidas de ajuste del déficit del Gobierno, ya que favorecerán el crecimiento de la confianza y, por lo tanto, que vuelva a fluir el crédito.
En cuanto al precio de la vivienda, el presidente del G-14 ha afirmado que la caída será "selectiva" y que dependerá de la zona, aunque, "para saber si los precios van a bajar tiene que haber crédito suficiente" para que haya operaciones. Asimismo, ha cifrado el stock de vivienda nueva en 600.000 u 800.000 euros, sin contar aquéllas que han adquirido inversores para luego colocarlas en el mercado.
En su intervención, Rodríguez-Avial ha explicado que el sector nunca volverá a la situación anterior a la crisis. Por ejemplo, los bancos no financiarán el 100% del precio de la vivienda, sino únicamente el 70% u 80% a un plazo que "dependerá de los tipos de interés", pero rondará los 20 años como máximo.
Ante este panorama, el representante del lobby inmobiliario afirma que la solución para aligerar el stock de viviendas es fomentando el mercado de alquiler con la construcción de pisos para este fin.
Sobre las medidas adoptadas por el anterior Ejecutivo y mantenidas por el actual para favorecer la venta de viviendas, ha asegurado que, siendo buenas en sí mismas, "no sirven para nada si no fluye el crédito". Además, sobre el 'roadshow' europeo organizado por el anterior Gobierno para 'vender' viviendas en el extranjero, ha afirmado que "no tuvo ningún efecto positivo. El impacto fue muy pequeño".
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com