Grupos de jóvenes impedían la celebración haciendo sonar sus móviles o entrando a comer en la capilla.
Nada mejor para ser tolerantes que ser intolerantes. Eso parece que es la idea de tolerancia que tienen algunas personas (aunque lo idea de tolerancia es una tontería, ya que en el fondo es la virtud propia de una sociedad relativista).
En la Universidad de Barcelona se ha vuelto a comprobar lo respetuosa que es la gente no católica con aquellas personas que lo son. Lo único que sucedía en la Facultad de Económicas de la Universidad de Barcelona (además de las clases) es que los miércoles se celebra la Santa Misa. La universidad y el obispado de Barcelona habían acordado destinar un espacio del centro para el culto católico en el año 1988, pero eso ya no gusta a determinadas personas. Por eso se ha creado un ambiente hostil, con protestas, gritos y alboroto fuera de la capilla, al punto que se tuvo que colocar seguridad para evitar altercados.
Pero la tolerancia de estos grupos progresistas llegó a interrumpir la celebración y a un grado de conflicto que ha llevado a esta decisión: suspender las misas hasta que la seguridad está asegurada. Eso, en la práctica, significa que difícilmente se volverá a celebrar allí la Eucaristía, pues no creo que en ningún momento se llegue a asegurar bien todo.
Mientras tanto, vivas a la tolerancia. Pero siempre quedará la idea de que son opiniones y que todas las opiniones son igual de respetables (lo que es una auténtica memez). Eso sí, unas opiniones parecería que son más respetables que otras.
Juan María Piñero
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