La Iglesia mantiene la posibilidad de determinar la idoneidad pero con criterios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad
Han firmado la pipa de la paz. El secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, da el visto bueno a la FERE para que adapte Educación para la Ciudadanía al carácter propio. Además, el Gobierno regula –por fin- laboralmente a los profesores de religión, que por vez primera estarán sometidos al Estatuto de los Trabajadores. Algo lógico que finalmente se ha producido por presiones de Bruselas.
De esta forma, los profesores de religión seguirán obteniendo la idoneidad de la Iglesia y en ese mismo momento su contrato será indefinido. En caso de perder la idoneidad, el contrato se resolverá haciéndolo equivalente a un despido procedente. Por su parte, la administración educativa se encargará de la asignación de la plaza respetando criterios de mérito, igualdad, capacidad y publicidad. Es decir, los mismos criterios que cualquier otro profesor. O dicho de otra manera, una vez que la iglesia otorga la idoneidad, pierde el control sobre su profesor de religión a favor de la CCAA.
Y todos contentos, porque finalmente lo que siempre han pretendido en el fondo los profesores de religión es ser funcionarios de cuarta. Ya lo han conseguido.