El Estado argentino ha impugnado, ante la justicia, el balance de Aerolíneas Argentinas, propiedad del Grupo Marsans, correspondientes al ejercicio 2003. El Gobierno de Kirchner considera que el Grupo que capitanea Gonzalo Pascual ha utilizado fraudulentamente dinero proveniente del Tesoro Público español para comprar deudas de Aerolíneas. Así, el Grupo Marsans ha pretendido imponer a los accionistas minoritarios (especialmente al Estado argentino y los trabajadores de Aerolíneas) el pago de deudas, que ya debieron haber sido canceladas con el dinero público español donado a Marsans para el reflotamiento de la aerolínea de bandera.
El Gobierno Kirchner amenaza, además, con querellarse contra el presidente de Aerolíneas, Horacio Fargosi, y contra el presidente ejecutivo, el español Antonio Mata. Con estos, son ya dos los ejercicios (2002 y 2003) impugnados ante los tribunales por Kirchner.
La querella llega, precisamente, en un momento en que las relaciones entre la Casa Rosada y las empresas españolas no pueden ser peores. En definitiva, con su amenaza de querellas, Kirchner está aludiendo, de forma indirecta, a los beneficiarios del concurso de acreedores de Aerolíneas, que considera fraudulento. Para el Gobierno de Buenos Aires existen acreedores que sí cobraron y otros que no pudieron hacerlo. Entre los que cobraron figura el Santander Central Hispano (SCH), el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y el City, que cobraron entre los tres 190 millones de dólares, así como Repsol YPF, que se hizo con 57 millones, y la propia SEPI, que recuperó 53 millones.