Mientras España sigue atravesando una crisis galopante y por activa y por pasiva se habla de que hay que reducir los gastos, los ministros siguen haciendo del erario público su propia caja. Si no, no se comprende que la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, haya concedido 35.000 euros a grupos de gays y lesbianas el uno de agosto de este año. Quién sabe si no ha habido parte de ese dinero que se ha dedicado a financiar parte de la marcha anti-Papa que tuvo ayer lugar por las calles de Madrid.
Lo que parece claro es que los políticos siguen financiando con dinero público a todos esos grupos, pero que el criterio a seguir no está muy claro, porque las ayudas a los discapacitados se limitaron a 22.000 euros, y parece que ellos están mucho más necesitados. Es más, hasta asociaciones que promueven el derecho hacia las mujeres transexuales -curiosamente no los hombres- de Centroamérica y Caribe han recibido ayudas. En definitiva, todo un despropósito.
Andrés Velázquez
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