El retraso en el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional dejaría coja la siguiente renovación y la haría coincidir en algún momento con la que corresponde al Congreso.
Por eso, el Gobierno estudia hacer algún cambio legal para que el retraso acumulado en la renovación del Tribunal Constitucional (TC) por parte del Senado no derive en una violación de la Constitución, que obliga a que los magistrados se renueven por tercios cada tres años. De este modo, el retraso de tres años en el actual nombramiento se compensaría con un mandato de seis años.
Mariano Tomás
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