Leyendo la Disposición Adicional Segunda 3 de la LOE, referida a los profesores de religión, me quedo estupefacta. ¿Cómo es posible que se cambie la jurisprudencia, convenios y Acuerdos Internacionales de un solo mazazo? Esa canallada es la que acaba de hacer la ministra de Educación, como por arte de magia. Si hacemos memoria a golpe de "talantazo", recordaremos los foros que se abrieron para debatir la que sería la futura LOE. Uno de sus apartados, el más visitado, fue sin duda el referido a la enseñanza de valores y Religión. En él, se expusieron ideas a favor y en contra de este asunto, pero se dejaron claros algunos puntos que no tenían discusión:
a) La Asignatura de Religión sería de oferta obligatoria en los centros y de libre elección por parte de los alumnos.
La manipulación del actual Gobierno sobre este asunto era intentar desviar la atención de la sociedad con la tan cacareada frase "la Religión dejará de ser obligatoria" (hace 30 años que no lo es). Esa mentira la han explotado hasta la saciedad.
b) Era necesaria una alternativa DIGNA. Ambas serían evaluables y computables. Esto evitaría cualquier tipo de discriminación.
También esto se lo han saltado a la torera.
c) En cuanto al profesorado de Religión, han aplicado el "donde dije digo digo diego". Ahora quieren hacer de la Iglesia su empresa contratante. ¿Y lo que han dictaminado los Tribunales hasta ahora? Pues nada, que sigan esos "profesionales del catolicismo" (como nos llama alegremente un medio afín) con sus recursos, que cuando los jueces les den la razón, ya nosotros nos habremos ido y a otro perro con ese hueso.
¿Que queda? plantarles cara enérgicamente con todos los medios que nos ofrecen la democracia, la justicia y el estado de Derecho. No podemos caer en la desesperanza ni en el desánimo (porque creo que es eso lo que quieren). La política del "talantazo" y el desgaste no servirá con nosotros. De eso, gobierno y "asociados" pueden estar seguros.
María de los Ángeles Bruzón Gatica