El asunto ha sido asumido directamente por la vicepresidenta De la Vega, convertida en la comecuras del Reino de España

Aunque los temas de relaciones con las confesiones religiosas corresponden a la dirección general de Asuntos Religiosos (Ministerio de Justicia), De la Vega ha asumido directamente las riendas del proyecto de una reforma que data de 1980. La vice señala que desde entonces, la sociedad es mucho más plural y que, por lo tanto, es necesario actualizar la norma.  Seguramente se refiere a la reforzada presencia islámica.

¿En qué consiste en concreto esta actualización? Básicamente en elevar a rango legal los acuerdos alcanzados con las distintas confesiones religiosas en la Fundación Pluralismo y Libertad. Elevar de rango esos acuerdos, señala a Hispanidad. ¿Equiparar a las distintas confesiones con la Iglesia católica? No he dicho eso. De la Vega es muy consciente que nuestra Constitución mandata al Gobierno a establecer una especial relación con la Iglesia católica que De la Vega -asegura- se va a mantener.

El nuevo proyecto también permitirá reconocer los derechos de los agnósticos. ¿Y eso en qué se concreta?, le preguntan en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. De la Vega no responde. Tampoco responde a si se van a eliminar los símbolos religiosos. Nada. No hay texto de momento. Pero el que habrá lo redactará ella, no Bermejo. Y la filosofía será la misma que con el gaymonio: extensión de derechos. Por eso De la Vega asegura que la norma no va contra nadie y espera que no haya confrontación con la Conferencia Episcopal.