Siempre que las necesidades financieras de la reconversión de astilleros de IZAR lo permitan, la idea del Gobierno Zapatero es no vender ni una sola acción de Red Eléctrica de España (REE).

Actualmente, el Gobierno dispone de un 28% del capital cuando la ley sólo le exige poseer un 10%. Los proyectos gubernamentales sobre las infraestructuras, tanto de transporte de electricidad como de gas, aconsejan mantener una participación cuanto más alta mejor, entre otras cosas para poder negociar con las compañías eléctricas privadas y con Gas Natural cuando llegue el momento.

Sin embargo, el programa presentado por el presidente de las empresas públicas, Enrique Martínez Robles, el pasado jueves 14, se presta  a confusión. Y es que Robles habló de ingresar 786 millones de euros durante 2005 vendiendo participaciones. Pues bien, en principio, todo es vendible (el 5% de Iberia, el 3% de Altadis o el 5,6% de Aldeasa, incluso del 3% de Endesa), pero el 28% de REE mejor que se quede en manos del Gobierno.

Al final, lo que está planteando la nueva SEPI de Zapatero es un intento de controlar lo mismo con menos dinero. Eso sí, a nadie se le escapa que la red de alta tensión española (y la de media tensión y la de baja tensión) también necesita inversiones para mejorar el servicio.

Por otra parte, la fusión entre Enagás y Red Eléctrica de España parece pasar al olvido. Era un proyecto de Luis Atienza, presidente de REE, que ahora se lo está pensando mejor. Si se llegara a crear ese gran ente gestor de infraestructuras energéticas, gestor y a la vez propietario, toda la política socialista sobre industria pública estaría llamada al cambio.

En cualquier caso, Robles no pondrá a la venta ni una sola acción de Red Eléctrica de España hasta que el ministro de Industria, José Montilla, decida cuál es el modelo eléctrico para el futuro.