Corbacho convoca a patronal y sindicatos a negociar al día siguiente del mal dato de paro. Encima, disienten en la necesidad o no de subir el salario mínimo interprofesional

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha convocado para este miércoles a los agentes sociales para iniciar el proceso de diálogo social. La verdad es que el diálogo social es el que ha permitido que durante la pasada legislatura no hubiera prácticamente conflictividad laboral y que las relaciones laborales fueran relativamente pacíficas. Las subidas salariales -insisten los representantes sindicales- han sido pactadas con la patronal en convenio colectivo.

El inicio del diálogo social se produce al día siguiente de conocerse el mal dato del paro. Una señal clara de la prioridad del Gobierno. Los sindicatos ya han señalado el Uno de Mayo que no van a aceptar que la crisis la paguen los trabajadores. Es decir, no aceptarán congelación salarial o subidas inferiores a la inflación. Incluso Méndez considera que la subida salarial es buena para la creación de empleo y el crecimiento económico sin producir efectos de segunda vuelta. Por supuesto, la patronal no comparte este criterio y cree que en la actual coyuntura las subidas salariales ahogan la competitividad y merman la subida de empleo. Corbacho, de momento, ya se ha situado del lado de los sindicatos. La cosa está difícil para una patronal que ha gozado de salarios bajos en construcción, comercio y servicios.

La otra derivada es el salario mínimo interprofesional (SMI). El Gobierno ha asumido un compromiso de elevar el SMI que por supuesto cuenta con el respaldo de los sindicatos. Díaz Ferrán en cambio, pide que éste se congele al menos dos años, los que se prevén de mayor ajuste. Sin embargo, en la CEOE están muy belicosos con el asunto. Piden que el SMI se congele sine die y consideran blanda la declaración de Ferrán en este y en otros asuntos. Y aquí hay un buen tomate. Porque por primera vez el presidente de la patronal se sienta en la mesa de negociación sin el respaldo pleno de los empresarios, lo que le resta fuerza. Atentos a los movimientos internos en el seno de la CEOE.