La idea de prorrogar presupuestos no inquieta al Gobierno. Desde el PSOE se asegura que habrá mayoría suficiente para aprobar las cuentas del 2008, pero en caso de que los socialistas se quedaran solos, podrían prorrogarse y aprobarse unos nuevos presupuestos tras las próximas elecciones, cuya victoria dan por segura. CiU y ERC utilizarán el caos de las infraestructuras para exigir mayores inversiones

Es una posibilidad. Desde el gobierno prefieren ni comentarla, pero es una posibilidad barajada desde el partido: en caso de que no haya mayoría suficiente para aprobar presupuestos, prorrogar no es ningún drama. Pasadas las elecciones podrían presentarse nuevas cuentas. Si el PSOE gana con mayoría absoluta, se aplicaría el rodillo. No es la primera vez que pasa, señalan a Hispanidad desde Ferraz. "Ya ocurrió con Borrell en el felipismo".

Pues eso. En este escenario B, sería cuando los socialistas se dedicarían a "regar". Porque la fiesta electoral no ha hecho sino comenzar con el cheque bebé de los 2.500 euros. Ahora toca elevar las pensiones y el salario mínimo interprofesional, además de alguna "sorpresa" que nos tenga reservada Zapatero a través de Carme Chacón.

Solbes tragará con todo. Dice Cañete que está desaparecido, aunque no es del todo cierto. En una entrevista veraniega concedida a Colpisa señalaba este lunes que las propuestas de vivienda deberían de ser consensuadas con Hacienda. Señala que en economía se ha hecho lo que él ha dicho salvo iniciativas del presidente. "¿Como el cheque bebé?", le preguntan. "Prefiero no contestar". Pasa palabra. Pero el cheque bebé ha sido un gol en el que la Intervención General va a tener que hilar muy fino para colar como contingente una prestación nada contingente.

Solbes ha tenido que tragar el electoral cheque-bebe, el "esta la pago yo" con los astilleros. Y tendrá que tragar con las pensiones, la subida del salario mínimo y lo que se tercie. No parece que vaya a lanzar un órdago a lo Magdalena Álvarez y colocar su puesto en la presidencia del gobierno.

Aún así, algo frenará a los ministerios del gasto y a las exigencias de comunistas y nacionalistas que exigen abandonar la "obsesión" por el superávit para centrarse en gastar. No va a ser fácil la negociación presupuestaria, aunque desde el gobierno se confía en que se podrá alcanzar finalmente un acuerdo. La "resurrección" de Zapatero en el Debate sobre el Estado de la Nación ha dado fuerzas a los socialistas que ya consideran como más probable el escenario de una aprobación de cuentas. ¿Por qué? El triunfo del PSOE se descuenta y nadie se va a querer quedar fuera de la foto.

Esto es lo que parece haber entendido el PNV que ya ha mostrado su "disposición" a dialogar las cuentas presentadas por Solbes. El resto se hacen los remolones, pero en Ferraz calculan que terminaran pasando por el aro. Llamazares pide "un avance en políticas de izquierdas y no un estancamiento". O sea, más gasto social. Se contentará con la subida de las pensiones y del salario mínimo. Al fin y al cabo, IU es una segunda marca del PSOE y el posibilista de Llamazares lo sabe y lo explota.

Por su parte, Joan Tarda (ERC) argumenta que la frivolidad de ZP tiene fecha de caducidad: los PGE. Palabras altisonantes ya normales entre los republicanos catalanes. Más difícil será lograr el apoyo de los canarios después de su acuerdo con el PP.

En cuanto a los catalanistas de CiU, la cosa exige hilar fino. Sánchez Llibre advierte que su grupo será beligerante, que es lo mismo que no decir nada. Exigirán que se invierta en Cataluña el 18,8% para poner fin a la "tacañería". Pero el gobierno puede volver a jugar con las cifras, presupuestar y no ejecutar, vender como catalán inversiones en otras CCAA, recortar el concepto de infraestructuras etc. En definitiva, la contabilidad, que da para mucho.

Los catalanistas por supuesto van a esgrimir el caos de las infraestructuras como argumento permanente. Se les olvida -quizás- que el mapa de España incluye más regiones además de Cataluña. Sin ir más lejos, este miércoles Valladolid ha quedado inundada por una rotura, Chiclana ha quedado sin suministro y el tren Zaragoza-Canfranc ha sufrido ya 3 averías en un mes.

En todo caso, CiU se encuentra en una posición muy compleja. Si no apoya al PSOE quedaría lejos del poder en caso de victoria socialista. Si lo hace, deja de ser oposición. Al final, probablemente arañen algo y lo vendan como un triunfo pequeño, pero posible dadas las actuales circunstancias. Y en caso de que el acuerdo no sea posible, tranquilos muchachos que tendremos la recuperación de septiembre en abril.