Jaume Roures, el editor favorito de ZP y Montilla, el socio de José Miguel Contreras. De profesión comunista, anticlerical y supongo que libre pensador, tiene un rostro pétreo que cuida con esmero porque, hasta ahora, le ha ayudado a triunfar en la vida. Por ejemplo, durante la mañana del martes, se desayunaba en Madrid, en el Foro de la Nueva Economía, y se condolía -muy sinceramente- de que su rival PRISA, presente un endeudamiento terrible porque no es bueno que un grupo tan importante esté en la mala situación en la que está y su salida no es fácil. Es más, sentenció, que su desarrollo orgánico no es posible, eufemismo que significa esto: PRISA está quebrada y, o alguien se queda con ella o no, por sí misma no tiene salida. Eso sí, le aconsejó que no busque soluciones a través de los boletines oficiales del Estado, es decir, a través de la gran valedora de PRISA en el Gobierno, que es la vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández De la Vega. Y ya puestos a meter el dedo en el ojo, aseguró que este país debe mucho al fallecido Jesús Polanco, otra cosa son sus entornos, añadió, en alusión a Juan Luis Cebrián, actual mandamás de PRISA, tras haberse impuesto a los hijos y sobrinos del desaparecido magnate.
Es lo que Felipe González llamó el fuego amigo, la lucha a muerte entre los dos grandes multimedia del Zapaterismo, aunque PRISA sea más felipista que otra cosa. Veamos, PRISA tiene una deuda superior a los 5.500 millones de euros pero es que Mediapro-La Sexta-Público supera los 2.300 millones de euros. O sea que, considerando el volumen de negocio de ambas, la deuda de Roures y sus socios, los Migueles (José Miguel Contreras, asesor de imagen de Zapatero, y su amigo Miguel Barroso, esposo de la ministra Carme Chacón y ex secretario de Estado de Comunicación de ZP), es peor que la de PRISA y, en cualquier caso, ambas están quebradas.
Pero no les importa, porque saben que ningún banco se atreverá e embargarles. A Roures no, desde luego, porque lidera una empresa cuasi estatal, un invento del mismísimo ZP. Sus principales acreedores son el banco oficial español ICO y el banco oficial catalán, el Instituto Catalán de Finanzas. Es decir, que no pagará. Lo de PRISA es más complejo, porque entre sus acreedores figuran dos importantes, el HSBC y la BNP, además de dos docenas de entidades españolas encabezadas por Santander y Banesto, Caixa, Caja Madrid y Popular. HSBC y BNP, a quienes la capacidad de Janli Cebrián para presionarles importa bien poco, están más que cabreados por el plan de viabilidad exigido a PRISA: lo que ha perneado Juan Luis Cebrián es, sencillamente, una burla. Ahora bien, De la Vega presiona, por lo que Cebrián está tranquilo: serán los bancos españoles quien asuman la deuda de PRISA y le libren de la quiebra. Con un poco de suerte, el Gobierno ya habrá lanzado su fondo de reflotamiento bancario por lo que quienes salvaremos de la quiebra a PRISA y Mediapro seremos el conjunto de los españoles. Es lógico, constituyen un bien de Estado.
Esta es la historia de la vergüenza, donde los dos multimedia, eso sí, cristófobos rabiosos, se saldrán con la suya con una maniobra muy sitial a la extorsión. A cambio, defenderán con entusiasmo la permanencia de Zapatero como presidente durante los próximos cuarenta años. O sea, lo que hacen cada día.
Eulogio López
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