No hay que ayudar a entidades mal gestionadas, señala José Ramón Pin La reforma del sistema de financiación local queda aplazada sine die. El presidente sugirió este martes que con el fondo de 8.000 millones, el segundo fondo anunciado de 5.000 millones y los 3.000 millones de euros del ICO ya era suficiente. El presidente de la FEMP; Pedro Castro, sugirió recientemente en Valladolid que se podría producir ese segundo fondo. ¡Voilá! Pero sin financiación local. Al final, vamos encadenando chapuza sobre chapuza. No corregimos los problemas estructurales, pero enchufamos dinero para que estén callados.
Por lo demás, es muy discutible que los fondos de obritas tengan utilidad. No es el new deal que pretende Pepiño ni mejora las infraestructuras de cara a una mayor productividad. No supone un cambio en el modelo productivo ni tampoco ayuda en exceso a la creación de empleo. El objetivo, según reconoce el propio Zapatero es que los parados trabajen los seis meses requeridos para cobrar la prestación. Increíble. La misma filosofía que Barreda. Chapuceo y al paro. Cultura albañil.
Pero es que además, muchos ayuntamientos no han hecho los deberes. Gestionan mal, se endeudan a largo para gastos a corto, sobredimensionan las plantillas, asumen competencias impropias. Por eso el profesor del IESE, José Ramón Pin, se muestra muy crítico con que el Gobierno ayude a entidades que han sido mal gestionadas. Y en Intereconomía ofrece un indicador fácil para medir la buena o mala gestión: si dedican a sueldos más del 60% de su presupuesto, está mal gestionado. Y la pregunta es: ¿resulta razonable seguir apoyando a los ayuntamientos que están mal gestionados?