El Instituto de la Mujer ha abierto un concurso para organizar el próximo mes de noviembre los Premios Contra la Violencia Hacia las Mujeres. Como no debe de tener suficientes funcionarias o empleadas laborales, o estas no están suficientemente motivadas, el Instituto ha decidido abrir concurso para que sea la sociedad la que organice los citados premios. Hablamos en femenino porque en el Instituto de la Mujer se recela de los varones. Salvo que se trate de Mariano Álvaro Page, subdirector general de Estudios y Cooperación, un hombre que ha dedicado su vida profesional a estudiar la discriminación entre sexos. Méritos tiene.
Pues bien, el agraciado del concurso recibirá un aguinaldo de 33.000 euros. No está mal. Quizás por estas cosas el sociólogo Amando de Miguel afirmaba recientemente estar en contra de la ley contra la violencia de género, porque sólo iba a servir para financiar a los grupúsculos feministas que orbitean en el Instituto de la Mujer.
El citado Instituto quiere organizar el sarao en el último trimestre del año, preferentemente en el mes de noviembre. De esa forma, los premios serían el broche de oro a la Ley contra la Violencia de Género que el Gobierno quiere aprobar al comienzo del curso político, consolidando la discriminación positiva en el ámbito penal.
Mientras tanto, el Instituto de la Mujer continúa con su política de esconder la cifra de muertes masculinas por violencia doméstica. Un dato que ha estado colgado en la web hasta hace algunas semanas. Pero no quedaba muy bien comprobar que la cifra de varones víctimas de violencia doméstica asciende al 30% y que también hijos y padres son agresores de las mujeres. Las víctimas femeninas muertas a manos de sus parejas o ex parejas suponen cerca de un 50%. Y el Gobierno parece ignorar la otra mitad de la realidad. Probablemente, porque en el fondo subsiste la mentalidad marxista de lucha de clases llevada a la batalla de sexos: hombre explotador y la mujer explotada. La mejor manera de seguir sin resolver el problema.