Los grandes bancos han propuesto a Miguel Martin, ex gobernador del Banco de España, como presidente de la patronal bancaria AEB. Al revés que han hecho otros, cuando abandonó el cargo de subgobernador y atravesó su etapa de incompatibilidad, Martín prefirió seguir como gris funcionario en el Banco de España antes que aceptar las ofertas que llegaban desde el sector, por ejemplo, el que fuera gobernador, Luis Ángel Rojo, hoy consejero de Emilio Botín en el Santander.
José Luis Leal, de la generación del rey Juan Carlos, compañero de estudio del monarca, ha decidido que ya está bien de trabajar. Se marcha y nadie le ha convencido para que se quede. Todo hace pensar que le sustituirá un presidente que fue director general de Inspección, y por el que los eternos banqueros del lugar sienten una especial preocupación, dado que fue un inspector duro, más bien durísimo.
Nunca tuvo pelos en la lengua. Cuando Mariano Rubio era gobernador no se cortaba en advertir que le caía gordo. Sin embargo, tomó el testigo de Rubio contra Conde y ejecutó la intervención de Banesto sin que le temblara el pulso, y desechó las dudas de Luis Ángel Rojo al respecto.
Eso sí, es curioso que el más duro inspector de los últimos años se convierta ahora en representante de los inspeccionados. Que alguien pase desde el banco de España a la patronal bancaria, desde el regulador a la defensa del regulado, es, cuando menos curioso. Eso sí, a Martín ni FG ni Botín se atreverán a darle una orden. Aplicará el reglamento y, si es necesario, se enfrenará a quien sea. Siempre podrá regresar al Banco de España.