Israel tiene derecho a defenderse, pero lo hace a lo bestia. Es verdad que con el pasado de Hamas y otros grupos islámicos que pululan por todo Oriente próximo, a lo mejor no hay manera de hacerlo de otra forma. Pero lo cierto es que Israel tiene que avanzar hacia la paz en momentos de paz.
La visión judía -y no me extraña, la verdad- es vivir a la defensiva, mantener el Estado de Israel y el Tercer Templo. Eso supone un problema que está en la raíz de todo lo que ocurre en aquel necesario Estado: que el sionismo se está imponiendo al judaísmo.
Convertir a Jerusalén en la capital de las tres religiones y evitar la fuga forzosa de los cristianos de Israel contribuiría a arreglar el problema, a situarse en una nueva dimensión. No es la de Netanyahu.
Eulogio López
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