Sr. Director:
Desde hace unos días los españoles se sienten más felices: Zapatero, por fin, ha dicho que se marcha. Se nota en el ambiente, en las conversaciones entre amigos, en las tertulias, etc. Ya se acaba nuestra pesadilla; muy tarde, pero llegó.

 

 

Gran parte de los votantes socialistas en el año 2004, reconocen su error, provocado por las mentiras de Rubalcaba en aquellos tristes días del 11-M. Pero sigue habiendo muchas personas que mantienen, pese a todo, su confianza en el mayor mentiroso que hemos padecido y que aspira a quedarse mintiéndonos; mantienen su confianza pese a conocer su relación con el caso Gal, su responsabilidad en el Faisán, y su implicación directa en el hundimiento de nuestro País con el actual gobierno.

Pero no podemos sentirnos del todo felices, pues la herencia que nos dejan Zapatero y Rubalcabaes espantosa. Sería sumamente extenso el describir con un mínimo de detalles los hechos realizados por estos ominosos gobernantes, por lo que reflejaré solo algunos y con la mayor brevedad posible.

Desde antes del 14-M, Rubalcaba o la persona por él delegada, ya negociaba con ETA; ¿qué negociaría entonces? En los tristes días entre el 11 y el 14-M, todos sabemos la provocación de este señor para manifestarse contra el PP, y decir aquello de "no nos merecemos un gobierno que nos mienta",precisamente en la jornada de reflexión; espero que los españoles, ¡ahora!, hagan caso a aquella célebre frase. Después, negándolo siempre, durante la primera legislatura, se la pasaron negociando con terroristas, humillando al Estado de Derecho y traicionando al pueblo que le pedía insistentemente que no lo hicieran. Dieron muestras de una falta absoluta de sentido demócrata al pretender aislar al PP, mediante una actitud radical con aquellos cordones sanitarios, el pacto del Tinell, etc.

Nada más tomar el poder, deshicieron todo lo que estaba sin acabar de realizar por el anterior gobierno, pero que se adivinaba muy positivo para los españoles, como la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (no quieren tener una buena docencia), el plan hidrológico, que iba a ser financiado por la UE, la retirada vergonzosa de nuestros militares en misiones de pacificación y reconstrucción en Irak y otros.

Se han dedicado durante su mandato a castigar a gran parte del pueblo español, para beneficiar a aquellas regiones con nacionalismos radicales e independentistas, especialmente a Cataluña, a quienes concedieron el Estatuto que es inconstitucional y tantos otros beneficios, sobre todo en pago de aquellos millones recibidos por Montilla de La Caixa (¿cohecho?).

Nos han vilipendiado con leyes inaceptables, como la del ministro de usar y tirar López Aguilar, en la que igualan a un matrimonio, lo que solo es un "apaño" entre homosexuales, presionados por la mafia gay que los maneja. Se han confirmado como servidores de una política de muerte, dando protección al vil asesinato del aborto al darle legalidad con la consideración de "derecho" a ello. Nos han usurpado el derecho a la educación de nuestros hijos, obligándoles a estudiar la adoctrinadora asignatura de Educación para la Ciudadanía, privado de la inocencia a los niños, alentándoles al hábito del sexo desde tempranas edades, y robándoles cualquier atisbo de moral y ética.

Nos alegra mucho el fin de este gobierno, con mucha diferencia el peor de nuestra democracia, el más perverso, el más mentiroso. Termina nuestro largo y penoso caminar con un gobierno tan mediocre, tan resentido y que gozaba con el placer de enfrentar a los españoles, hurgando en las heridas más sensibles, utilizando los recursos del estado y sus medios afines para lograr estos objetivos y recurriendo a la parte más oscura de la memoria histórica. Se va Zapatero, y lo hace sin un mínimo de dignidad, más bien azuzado por la fobia social, humillado por el fracaso de las elecciones del 22-M, empujado por la grave situación laboral y económica y aborrecido por su propio partido.

Entre sus logros más importantes, una tasa de paro, doble que en la UE, del 21 %; un déficit público superior al 9 % del PIB; un endeudamiento casi insuperable; una reforma laboral ineficaz; ridículo internacional, donde perdimos todo el prestigio del anterior gobierno; un apoyo al terrorismo que lo sitúa en la mejor posición de toda su historia, permitiéndole su acceso a las instituciones vascas y, tal vez, a las nacionales; sin duda, lo más lacerante, la destrucción de los valores y principios en la sociedad, especialmente en los más jóvenes.

Toda la maldad de Zapatero y Rubalcaba cayó sobre los españoles, a quienes han provocado un daño, probablemente, irreparable. Además del adoctrinamiento perpetrado, han jugado con la unidad de España, solamente para lograr su permanencia en el poder. Han pisoteado nuestros valores y sembrado el odio, la discordia y la división entre los españoles, como mejor hacer de las políticas totalitarias.

Pablo Delgado Escolar