En la mañana de hoy jueves se ha votado en la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Oportunidades del Parlamento Europeo un informe sobre las repercusiones de la industria del sexo en la Unión Europea, presentado por la eurodiputada Marianne Eriksson.
Se trata de un informe completo donde se recrimina que las compañías pornográficas sueca Private Group Media y la alemana Beate Ushe AG coticen en el Nasdaq neoyorkino y en el mercado de Franfort. También critica que las compañías de telefonía móvil hayan decidido resarcirse de las pérdidas ocasionadas por las millonarias inversiones de UMTS comercializando pornografía a través del móvil. Y cita expresamente a la británica Vodafone, que ha introducido la pornografía desde finales del año 2003. Aunque tampoco se salvan de la crítica Hutchinosn 3G, Virgin y One World Telecom. Se les olvidó Telefónica que lleva comercializando "porno" desde el verano de 2002, consiguiendo más ingresos que con la venta de "Gran Hermano". Y también se les olvida destacar que Vodafone fue "pionera" en España ofreciendo servicios para "adultos" de valor añadido en el mismo verano de 2002.
Además, el informe recuerda que el 70% del comercio electrónico realizado a través de la red es pornografía y define la industria del sexo como "aquellas actividades que dentro o fuera de la legalidad comercializan o vendan productos y/o servicios sexuales de forma organizada y que se aprovechan de la utilización sexual de seres humanos". ¡Bien por Eriksson! Pero sigue detallando en su informe que dicha utilización incluye los servicios de acompañamiento, prostitutas a domicilio, burdeles, prostitución en la calle, prostitución por Internet, institutos de masaje, clubes de striptease, sexo telefónico, agencias matrimoniales, turismo sexual, pornografía y ferias eróticas. ¡No se le olvida nada a la redactora!
Y cuando estábamos en plena levitación por un informe tan razonable y valiente, repasamos las enmiendas presentadas y nos encontramos la presentada por la eurodiputada -con perdón- Joke Swiebel. Dice la representante de la soberanía europea que entre las fuentes consideradas en el informe debiera de tenerse en cuenta la reflexión realizada por la feminista Mary Wollstonecraft en "La reivindicación de los derechos de las mujeres", publicado en 1792. Actualizada que está una...
Pero debe de valer la pena recuperar el brillante pensamiento de Wolltonecraft, porque la "defensora" de los derechos de las mujeres afirma que "el matrimonio es también una forma de prostitución legalizada". Pero, por si la inteligencia no nos alcanza demasiado y pensamos que no hemos leído bien, la feminista nos aclara que ambas -prostituta y esposa- son oprimidas de manera similar "ya que las mujeres deben de asumir ese tipo de trabajo en orden a la supervivencia". ¿Se dan cuenta de la clarividencia de esta señora traída a la memoria por nuestra "representante" política Joke Swiebel? Pues les interesará saber que Swiebel no sólo no ha sido procesada ni internada en un psiquiátrico, ¡sino que cobran de sus impuestos y los nuestros! O sea, que Swiebel no ha tenido más remedio que "prostituirse" a la política "en orden a garantizar su supervivencia". Como todas las mujeres trabajadoras... Claro que si además de mujeres trabajadoras son esposas, ¿estarían pluriempleadas? La estupidez debería de tener unos límites. Y estos límites deberían de estar mucho antes de la puerta de entrada del europarlamento.
En el fondo, no hay que asustarse tanto, dado que la consideración del matrimonio como prostitución legal está en los escritos de Friedrich Engels, el socio, y sobre todo, financiador del tacaño Carlos Marx. Para Engels, el matrimonio es una prostitución de por vida y, encima, sin contraprestación económica, de lo que se desprende que en la esencia del más profundo marxismo la prostituta es mucho más inteligente que la casada. Un pensamiento que anida en muchas mentes feministas. Un razonamiento que, con las debidas variaciones, anidan en toda mente feminista.
Luis Losada Pescador