Suma y sigue. Tras el varapalo del martes, el del miércoles. Y este jueves el mercado vuelve a amanecer rojo tras el desencuentro de este miércoles en Moncloa. Pero sobre todo: los mercados penalizan la parálisis de un Gobierno que verbaliza que recorte del déficit, sí; drástico, no. Zapatero pretende cumplir con el 3% de déficit en el 2013 fiándolo a una supuesta recuperación. Pero esa sólo está en su cabeza y en las cocinas del INE.
Así que la prima de riesgo vuelve a dispararse. Por supuesto, no estamos en los 700 puntos de Grecia. Pero seguimos escalando posiciones hasta los 138 puntos básicos. Y es que el hecho de que Zapatero sea poco creíble repercute sobre el conjunto de la economía y de las empresas españolas a las que se les encarece el crédito. Eso explica que el consejero delegado del Santander, Alfredo Saéz, pidiera reformas ya. Pero ZP no tiene prisa. Las haremos, ma non tropo, vino a decir. Y los mercados no lo entienden. ¿Es que Zapatero no se da cuenta de la gravedad de la situación? Sí que se da cuenta, lo que pasa es que no está dispuesto a tomar medidas tipo Papandreu, que califica de muy, muy duras. Pues nada. Cada segundo que pasa son papeletas que Zapatero compra para que las reformas se las hagan los mercados. Y le quedan dos telediarios. O uno.
Por otra parte, el muy oportuno informe de Moodys asegurando que la deuda soberana podría afectar a los sistemas bancarios europeos castigó a la banca española en la bolsa. La noticia surgía a media mañana y, de inmediato, la cotización de las principales entidades españolas presionaba a la baja.
Andrés Velázquez
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