El Centro Jurídico Tomás Moro se ve en la obligación de denunciar la concesión de ayudas económicas por parte del Ministerio de Cultura a películas ofensivas para la gran mayoría  del pueblo español, que sigue proclamándose católico.

Efectivamente, el pasado 29 de enero, el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, publicaba la concesión de ayudas para la participación y promoción de películas seleccionadas en Festivales Internacionales, durante 2008.

Las subvenciones que superan sobradamente los 740.000 euros, ¿se distribuyen de forma desigual, desde los 4.000 destinados a la  película Liverpool, hasta los 60.500 destinados a uno de los mayores fracasos cinematográficos de la pasada temporada Camino?

El Ministerio de Cultura confirma de esta manera su apoyo económico a cualquier producción que ataque frontalmente los sentimientos religiosos mayoritarios, pues la propia productora Mediapro califica la película como la historia inspirada en hechos reales, [que] nos acerca a su manera de afrontar una agónica enfermedad en el seno de una familia regida por dogmas tan fanáticos como próximos.

Con todo, cabe recordar que dicha producción no ha contado con el favor del público, pues sólo la vieron 197.000 espectadores, muy lejos de los más de tres millones y medio de espectadores que prefirieron disfrutar con la americana Indiana Jones y el templo de la calavera  de cristal.

Ahora bien, las ayudas a Mediapro también fueron generosas con la película Vicky, Cristina, Barcelona, que igualmente recibió una subvención de 10.000 euros.

Si el apoyo económico a la provocadora Camino pareciera poco, todavía las generosas ayudas al cine español encontraron digna de apoyo financiero a la también poco realista película dirigida por  Helena Taberna La buena nueva, película en la que un joven sacerdote   mantiene una ambigua amistad con la maestra del pueblo donde es destinado. Las imágenes de jóvenes sacerdotes portando fusiles, la caricatura de la masacrada Iglesia española durante los años de la  Guerra Civil, o la grotesca imagen dada de los voluntarios carlistas, como fanáticos de la Santa Causa, no dejan de suponer insidiosas provocaciones a los católicos financiadas por el Ministerio de Cultura.

Por todo ello, este Centro Jurídico solicita del Ministerio de Cultura un mayor respeto a las creencias mayoritarias del pueblo español, al igual que aprovecha la ocasión para solicitar de ese Ministerio un  menor dispendio económico en películas y producciones que no cuentan  ni con el favor de la crítica, ni con el interés del público, ni con la suficiente calidad cinematográfica, y dedique dichas subvenciones a actividades que supongan un bien común incuestionable.

Centro Jurídico Tomás Moro

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