Es sabido que la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, no puede ver al muñeco que lleva su nombre: el bebé Aído. No puede porque le pone frente a la evidencia de la humanidad de la vida prenatal. Cuando un voluntario provida le intentó hacer entrega del bebé Aído, lo rechazó de mala manera. Pues bien, según ha podido saber Hispanidad, el Ministerio de Igualdad está plagado de bebés Aído. Es la manera silenciosa que tienen los funcionarios de rechazar la política antivida del Gobierno.