Telefónica también es manzana de discordia entre Solbes y Sebastián... y previsiblemente de Garmendia

Una vez conocido el nuevo Gabinete ministerial, ahora toca estudiar las derivadas. ¿La Igualdad entre qué y qué es exactamente responsabilidad de la joven Bibiana Aído? ¿Cómo va a conciliar la alegre Elena Espinosa los intereses de agricultores y ecologistas, habitualmente tan enfrentados? ¿Qué ha hecho mal Cristina Narbona? Y una interesante reflexión: ¿a cuántas instancias, organismos, organizaciones, comisiones y ministerios tiene que rendir cuentas y dar explicaciones a partir de ahora las empresas de telecomunicaciones, por poner un ejemplo?

El nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación parece creado expresamente para ocuparse de los asuntos tecnológicos, así que les apostamos doble contra sencillo a que Cristina Garmendia no le quitará ojo, por ejemplo, a Telefónica. Naturalmente, forma parte estratégica de nuestro tejido industrial, así que Sebastián no perderá ocasión de controlar sus movimientos. Contribuye decisivamente al IPC, así que Economía también tiene mucho que decir en la política de precios de la compañía española...

A este batiburrillo ministerial hay que sumarle las diversas comisiones -la propia del sector, CMT, así como la Nacional de Competencia CNC-, y, para culminar El pandemonio regulador, la cada vez más implacable, radical y omnipresente Comisión Europea.

O sea, que diez años después de la liberalización de las telecos, con varios operadores fuertes presentes en el mercado y cuando parecía que esto empezaba a andar solo, en lugar de aflojar la presión regulatoria, la endurecen. El río de las telecomunicaciones está cada vez más revuelto, y de seguir así, se pondrá turbio.

Por cierto, Francisco Ros ha sido ratificado en el cargo de secretario de Estado de Industria. La verdad es que, de todos los reguladores, es el más afín a Telefónica, empresa de la que procede. Y lo extraño es que él quería marcharse.