El organismo mundial ridiculiza las previsiones del Gobierno español: la crisis no ha hecho más que empezar

Curioso, uno de los buques insignia del liberalismo económico, el FMI, defiende ahora la nacionalización de la banca. El organismo mundial anuncia en su Informe de Estabilidad Financiera que la deuda tóxica de la banca es de 4 billones de dólares. En la mañana del martes, el FMI advertía que la crisis bancaria costará a los contribuyentes norteamericanos 500.000 millones de dólares y 750.000 a los europeos. Es decir, todos a pagar la irresponsabilidad de los bancos cueste lo que cueste y llegando, si es necesario, a la nacionalización.

Otra ironía: el mismo día en que Moncloa se tiraba el farol y, vestido de economista o de vidente, anunciaban el final de la crisis, llega el FMI y dice que esto no ha hecho más que empezar. Toda una patada a las dosis de optimismo virtual que pretendía inyectar Presidencia.

En España lo que está ocurriendo es lo siguiente; quiebran las inmobiliarias, los bancos se ven obligados a comerse a las inmobiliarias; como consecuencia de la pesada digestión, quiebran los bancos y el Estado se ve obligado a quedarse con los bancos. Sólo hay un problema: ¿Qué pasa si quiebra el Estado?