Que las editoriales salden sus producciones entra dentro de la lógica mercantil del difícil negocio de patrocinar pensamiento e investigación. Que los periódicos quieran fidelizar a sus lectores e incrementar sus ventas también se encuentra dentro de la misma lógica mercantil. Pero que un diario como El Mundo nos venda como la gran revelación historiográfica lo que no es más que un saldo editorial, no es de recibo.

 

La tamboreada "Historia de España" que vende El Mundo en 20 fascículos, a razón de 10,90 euros la unidad, no es sino el saldo de Editorial Austral, que ha decidido hacer uso de sus derechos de propiedad intelectual antes de que caduquen. La "novedad" historiográfica se hace con autores que, en algunos casos, ya no están con nosotros. Es el caso de Ángel Martínez Sánchez, que redacta -redactó más bien- el capítulo de los Reyes Católicos. No es el único. El capítulo de la Guerra de la Independencia también está escrito por un autor fallecido: Ángel Martínez Velasco. Llamemos a las cosas por su nombre: No es una novedad, es un saldo.