Sr. Director:
Estoy de acuerdo con José Antonio Marina cuando dice, por ejemplo, que "la ternura es incompatible con la prisa"; pero me dejan estupefacta estas palabras de su pluma, citadas en una carta al director publicada en Forum Libertas( 13-6-07): "El derecho de los padres a educar a sus hijos no es absoluto". Entonces, ¿quién tiene el derecho a educar a los hijos? Si me dice que el Estado, se desprende un pensamiento totalitario, como el marxista y el del nazismo. Si responde la sociedad, le preguntaría que concretara en personas, pues las instituciones son abstractas, como el Estado.
Mire usted: el derecho y el deber de educar es un derecho inalienable de los padres, y también su deber.
La labor del Estado es subsidiaria, es decir, de apoyo. Cuando el Estado no respeta los derechos de las personas, caemos en el abuso de poder, justo lo que son todos los totalitarismos que en el mundo son y han sido, demasiado crueles estos dos del siglo XX:
comunismo y nazismo. El Estado debe poner al servicio de los padres los mejores medios; pero no imponer ideas morales contrarias a las convicciones de éstos ni a las buenas costumbres. Educación para la Ciudadanía es adoctrinamiento libertario. Por el riesgo que para una correcta educación afectiva-sexual de los niños y los adolescentes tienen sus contenidos y por su carga ideológica, ya son cuatro mil los padres que se han hecho objetores de conciencia. Las medidas de presión del Ministerio, ¿no son pruebas de ese totalitarismo encubierto bajo capa de democracia?
Ahora más que nunca, los padres necesitan estar muy unidos y muy atentos a la educación que se imparte a los hijos pequeños y adolescentes. Ellos son nuestro tesoro más preciado, y un tesoro no se coloca en cualquier sitio ni en manos de cualquiera. En el terreno de la educación, como en el de la salud, mañana puede ser tarde.
Josefa Romo
pepirromo@yahoo.es