La palabra la tienen ahora los constructores, especialmente Acciona. A La Caixa no le hace gracia que Botín entre en el consorcio de la recontraopa española. Esperanza Aguirre exige la sede de la empresa resultante en Madrid. Con Merkel, todavía peor que con Bush: Alemania lleva seis meses sin embajador en España y azuza a la Comisión Europea contra Zapatero. Chirac no se corta un pel incidente diplomático con Berlusconi en defensa de Suez
Este viernes, Zapatero insistía en que Endesa terminará en manos españolas, en manos de La Caixa y de alguien más, seguramente constructor. La confianza del presidente del Ejecutivo español contrastaba con la pelea que sus funcionarios tenían con la Comisión Europea, a la que el todopoderoso Berlín, la fracasada, Angela Merkel azuzaba contra el Gobierno de Madrid. Así, en plena ebullición, se producían dos declaraciones al uníson en Bruselas la Comisión amenazaba al Gobierno español con abrirle expediente si trataba de entorpecer la OPA de E.ON. Al mismo tiempo, el consejero delegado de la E.ON, Wulf Bernotat, volvía a adoptar su mejor aire bravucón para recordarle al Gobierno español que son los accionistas los que tienen que decidir.
Y eso mismo pretende el Gobiern buscar un consorcio de entidades financieras y constructoras que ofrezca no menos de 30 euros por acción, para que los accionistas puedan elegir a quien corresponde, es decir, al que más pague.
Pero hay problemas. Como informábamos el jueves, Miguel Sebastián continua trabajando de firme para casar voluntades. El problema no es quién, sino cómo, es decir, quién es el socio industrial, quién gestiona, quién manda. El hecho de que FCC haya salido a la palestra sólo significa que Esther Koplowitz ha sido la única en acudir a Industria para interesarse por el asunto. Ahora bien, el Gobierno prefiere a los Entrecanales de Acciona o a Ferrovial y Rafael del Pino, convenientemente apoyados por el Santander Central Hispano, Caixa Catalunya y otras cajas de ahorros. Es decir, que José Manuel Entrecanales o Rafael del Pino seguirían la estela de Florentino Pérez.
Varios problemas: Caixa-Gas Natural asegura no aceptan convertirse en socios financieros. Entrecanales tampoco. No sólo es a La Caixa no le hace gracia la compañía de Emilio Botín, al que considera un especulador que sólo da problemas. Por otra parte, Esperanza Aguirre sorprendía en la mañana del viernes con una instrucción muy clara: apoyaría la recontraopa española y convencería a Caja Madrid de que no vendiera a E.ON, de que se quedara en la nueva entidad si la sede de la compañía resultante se situaba en Madrid.
Las relaciones entre Madrid y Washington son horribles. Bush no quiere ver a Zapatero ni en pintura. Las razones son de todos conocidas. Ahora bien, lo que cada vez está más claro es que las relaciones entre Madrid y Berlín no son mejores. Angela Merkel, que ha tendido un puente a Washington, tampoco soporta al Presidente del Gobierno español. Un detalle: Alemania lleva más de seis meses sin embajador en Madrid, señal de lo mucho que a Merkel le interesa mantener unas buenas relaciones con España.
No sólo eso, la OPA de E.ON se ha anunciado tras una llamada por sorpresa de la canciller alemana al Presidente del Gobierno español, en la que Merkel ni se preocupó de templar gaitas con alusiones al libre mercado y a la promesa de que no se perderían puestos de trabajo. Simplemente informó a Zapatero, con funcionarial pulcritud, de que en unas horas la compañía alemana lanzaría una OPA sobre la primera eléctrica española.
La frialdad de las relaciones no terminó ahí. Cuando Zapatero reacciona y monta una recontraopa, se encuentra con que la presión panzer sobre Bruselas entra en acción. Aunque nadie ha reconocido, como no puede ser de otra forma, que el Gobierno español intente frenar a E.ON con una alianza entre instituciones financieras y algún grupo constructor, la Comisión Europea ya ha amenazado con intervenir. Las conversaciones entre Madrid y Bruselas durante la mañana del viernes fueron algo más que tensas.
En cualquier caso, el mapa energético está a punto de estallar. El presidente francés Jacques Chirac ha provocado un conflicto diplomático con Silvio Berlusconi, ante las pretensiones de la italiana ENEL de comprar Suez, grupo franco-belga, socio, por cierto de La Caixa.
Hoy lo que priva es el nacionalismo, por si alguien no se había dado cuneta. En toda Europa.