El actual comisario europeo de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, aceptó la responsabilidad del superministerio de Economía y Hacienda siempre que no asumiera hipotecas de un programa electoral en cuya elaboración no había participado. Por eso, el nuevo Gobierno se ha dado un plazo de dos años de tregua para acometer la reforma fiscal.
La tregua trata de evitar el riesgo de fuga de los fondos de Instituciones de Inversión Colectiva, las conocidas SINCAVs, aunque la realidad es que muchas de estas bolsas de dinero corresponden a un único propietario o a grandes fortunas familiares, cuyas plusvalías tributan al 1 por ciento. En la Agencia Tributaria aseguran que la reforma fiscal se aplicará cuando tengan los mecanismos adecuados para evitar la migración de capitales, pero por debajo de la mesa, afirman que no creen que sea posible encontrar dichas garantías. Conclusión: Las cosas seguirán como están y las plusvalías de las grandes fortunas seguirán gravadas al 1 por ciento.
Actualmente, muchos de estos fondos migran a Luxemburgo buscando un tratamiento fiscal más privilegiado. El Ducado de Luxemburgo es un Estado miembro de la Unión Europea, además de un paraíso fiscal, cuya actividad productiva se reduce a las finanzas. Pues bien, en Luxemburgo, los fondos de grandes patrimonios cotizan al 0,5 por ciento y la diferencia de medio punto de tributación, además de la opacidad fiscal, es suficiente argumento para que muchos fondos hayan emigrado. En Hacienda saben que si dichas plusvalías pasaran a cotizar al tipo medio, la posibilidad de su migración sería cercana al cien por cien. Conclusión: Siempre es mejor tener el paraíso fiscal en casa. Una lección que los británicos tienen muy bien aprendida.