También en el marco del I Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, el antiguo párroco de Maruri, P. Jaime Larrínaga, recibió un efusivo abrazo del presidente del Gobierno, José María Aznar. De esta forma, el "superviviente" Aznar quería reconocer públicamente el compromiso del sacerdote. Un reconocimiento compartido por la Guardia Civil, que se cuadró ostentosamente frente al clérigo. Un clérigo que, por cierto, lleva escolta y pasea por la calle "de incógnito".

Su postura frente a la barbarie le ha obligado a abandonar temporalmente el País Vasco. En junio espera volver tras un año sabático de reflexión, oración y estudio. Claro, que eso será si el señor Obispo de Bilbao lo considera "prudente".