Luego dirán que la información religiosa no es divertida. Lean la noticia publicada en la revista Ecclesia, sobre el acto por la paz, de carácter multicultural, plurirreligioso y ecléctico celebrado en Manresa, en el incomparable marco de la mezquita local. El oficiante no era el secretario general de las Naciones Unidas sino alguien mucho más multicultural, como es don José Bono.
No faltaba nadie, incluso los Rotarios, que no son masones, en efecto, sólo las levas del movimiento masónico, las más horteras de todas, mezclados con los Admiradores de Serrat, que en eso a lo mejor me apunto. Vamos, que sólo faltaban Pilar Bardem y Ana Obregón.
No se pierdan las palabras del padre Bono, con su Dios igualmente pluricultural, multinombre, polifacético, el acabóse. Las elevadas palabras de mosén Bono me han recordado que todos las narraciones apocalípticas, pongamos por caso El padre Elías o El Señor del Mundo, coinciden en que el Anticristo será un luchador por la paz, y que toda su tiranía estará rodeada por ese concepto y esa palabra, enarbolada como un conjuro. Bajo la bandera de la paz, cualquier crimen, hasta el más espantoso, puede ser aprobado por la mayoría, entre otras cosas porque el hombre es, ante que nada, un animal miedoso.
No, no es que piense que Bono es el Anticristo, y esto por dos razones. En primer lugar, porque se supone que su aparición será misteriosa, y todos sabemos que don José viene de La Mancha. En segundo lugar, porque, con todo respeto, no logro imaginarme una figura tan temible en el envoltorio de don José. No me pregunten por qué. No, no es anticristo, pero le encanta imitarle. Ni Bestia del mar ni bestia de la Tierra. Para mí que se queda en masoncete-cursi-rotarizado. Es decir, del Nuevo Orden Mundial (NOM).
Para terminar, una preguntita: ¿qué pintan en esta historia Caritas y las Dominicas Contemplativas?
Eulogio López