Paloma Martín se convierte en cabeza de turco en plena campaña electoral

El Global en Español y antes ‘independiente de la mañana' la ha emprendido contra Paloma Martín, gerente del Instituto madrileño del Menor y la Familia (IMMF), desde el pasado mes de julio. Según las ‘informaciones' de este jueves y viernes, "no permite a las menores que están bajo su tutela ejercer su derecho al aborto cuando están dentro de los supuestos legales para hacerlo". Además, añaden los ‘objetivistas', "pese a tener los preceptivos informes psiquiátricos", no se les permite abortar.

La realidad es la siguiente: el modo de proceder del IMMF es público y muy claro en los casos de demanda de aborto provocado. No es la gerente quien toma la decisión de que la tutelada aborte o no, sino un comité que asume esa decisión de manera colegiada y tras largas deliberaciones y estudios. En concreto, cada vez que se presenta el caso de que una menor tutelada se queda embarazada, el comité pide informes a psiquiatras de reconocido prestigio de la sanidad pública, y por tanto, ajenos al ánimo mercantil de los centros de abortos.

Basta recordar que algunos de estos psiquiatras son propietarios de algunos de los centros y que gran parte de los fraudes detectados por los servicios de inspección de la Comunidad de Madrid proceden de la falsificación de los informes psiquiátricos. En resumen: el IMMF hizo lo que debía de hacer: pedir informes independientes que le asesoran en la decisión. Y resulta que dichos informes no recomendaban el aborto. El comité decidió seguir el consejo independiente de los facultativos. ¿O es que la ideología está por encima de la ciencia?

Además, tal y como establece el RD 2409/1986 que desarrolla la mal llamada Ley del Aborto, el IMMF ofrece alternativas reales a la embarazada. ¿En qué se equivocó entonces el IMMF? ¿Debería haberse saltado el decreto aprobado durante el ‘felipismo'? Ni la ley ni la ciencia importan. En elecciones, todo vale.