Sr. Director:
Los recientes acontecimientos bélicos entre Israel y el Líbano llenan al mundo de preocupación y no es para menos. Los conflictos se multiplican, y no sólo en Oriente Medio, sino en buena parte de países africanos, en Corea del Norte, India, la guerrilla colombiana..., hay tantas guerras de las que no interesa hablar.
El Papa al concluir sus vacaciones, ha lanzado un nuevo llamamiento concretamente a la paz en Oriente Medio. Dice: "no nos callemos, hagamos todo lo posible para que nos escuchen los potentes". Y precisó también "el instrumento principal" para la paz "es la oración", que naturalmente es un grito no sólo a Dios, sino también a los hombres. El Señor siempre oye a quienes acuden a Él con la confianza de un hijo que pide algo a su Padre. En Mateos 8,27, vemos el pasaje, cuando después de un día intenso Jesús subió con sus discípulos a la barca y agotado, se quedó dormido. Se levantó una tempestad y estos hombres de profesión pescadores, se dieron cuenta enseguida de que con sus esfuerzos no bastaban para asegurar el rumbo de la barca. Y acuden a Jesús diciéndoles ¡Señor, sálvanos, que perecemos! El Señor les contesta, ¿Porque teméis, hombres de poca fe? Y levantándose, increpó a los vientos y al mar. Pedimos nosotros a Dios con la misma fe que los discípulos lo hicieron.
Piedad Sánchez de la Fuente
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