"La Iglesia, desde su inicio, abraza a todo el universo y con él a cada pueblo, cada cultura y tradición".
Esta orientación no representa una injerencia en la vida de las diversas sociedades, sino que sirve más bien para iluminar la recta conciencia de aquellos ciudadanos e invitarlos a trabajar por el bien de toda persona y por el progreso del género humano. Lo dijo Benedicto XVI al recibir al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede.
Entre los temas abordados en este discurso se colocan la paz, la crisis económica, el respeto de la vida, los grandes pilares en las palabras que Benedicto XVI dirigió a los embajadores con motivo del tradicional intercambio de felicitaciones por el año que inicia.
Benedicto XVI renovó un llamamiento por la paz en todos aquellos Estados, desde Siria hasta Congo y Nigeria (ahora Argelia, Mali, etc.) donde las poblaciones son arrolladas por la guerra y la violencia. Se refirió además a la crisis económica sobre la cual dijo es necesario no resignarse.
Valentín Abelenda Carrillo