El Parlamento alemán ha aprobado hoy la reforma del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera -pactada por los líderes del Eurogrupo el 21 de julio-. Mediante esa reforma, el fondo se sitúa en los 440.000 millones de euros. Y lo que han hecho los diputados alemanes ha sido aprobar que su país incremente hasta los 211.000 millones su aportación, desde los 123.000 millones de euros iniciales, que no es baladí.
En concreto, de los 620 parlamentarios con los que cuenta la Cámara Baja alemana han acudido a la votación 611, y de estos, 523 miembros han votado a favor de ampliar la dotación del Fondo, mientras que 85 han votado en contra y tres se han abstenido. Además, la canciller alemana Angela Merkel ha conseguido que 315 de los 330 parlamentarios con que cuenta su coalición de Gobierno -formada por 237 diputados de la CDU/CSU y 93 del FDP- hayan votado que sí, lo que refuerza su peso y liderazgo dentro de la coalición gubernamental.
Con la aprobación en Alemania, ya son once los países de la eurozona que han dado el visto bueno a la flexibilización del fondo de rescate, que aún está pendiente de aprobación en otros seis miembros de la unión monetaria. La ampliación de dicho fondo permitirá comprar deuda pública, recapitalizar bancos y dar líneas de crédito preventivas a los países con problemas para que no tengan que acudir a un rescate completo. Por ejemplo, Grecia.
Hoy, precisamente, se espera en Grecia la visita de la 'troika' -formada por la Comisión Europea (CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE)- que es quien debe aprobar el sexto tramo de ayuda a Grecia de 8.000 millones de euros, un dinero que necesitan los helenos para poder pagar los sueldos y las pensiones de octubre. Los citados 'inspectores' aprobarán la ayuda si comprueban que el Gobierno griego va a poner en marcha un paquete de medidas con las que pretende recaudar 78.000 millones de euros hasta 2015.
Además, los griegos pretenden seguir adelante con los recortes de gastos del Estado: reducir el sector público en un 30%, avanzar con las privatizaciones y reformar el mercado laboral para que los socios de la zona del euro y el FMI, junto a la Banca privada, le den un segundo rescate de 160.000 millones de euros.
Pero no nos engañemos: los griegos están quebrados. El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera pretende salvar no a los griegos, sino a los bancos acreedores de los griegos -franceses y alemanes- y a los fondos buitre: con dinero público, de todos. Y aquí es cuando surge la pregunta: ¿por qué no dejar que quiebre Grecia y que empiece de cero, como Islandia o Argentina? Los únicos que pierden serán los especuladores (los griegos se ajustarán el cinturón y empezarán de cero). Porque si invirtieron -en deuda griega-, tienen que asumir riesgos, como los que juegan en bolsa o, si me apuran, como los que invirtieron en Forum y Afinsa. ¿Por qué salvar a los bancos con dinero público y no a los damnificados por las filatelias también con dinero público? ¿Son más unos que otros?
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com