Verdadera psicosis en Madrid, y no me extraña, con el pedófilo, o pedófilos, que actúa en la zona este de la capital. Y no me extraña. Si hay algo repugnante es el abuso sexual de niños inocentes.

Ahora bien, ¿qué os esperabais Se empieza frivolizando las relaciones sexuales con la pornografía habitual en nuestras calles y jugando con la aberración homosexual (casi toda la pederastia es homo) y entonces comienza el recorrido letal. De la pornografía o sexo icónico al fornicio sin entrega; de éste a la sodomía; de la sodomía a la pederastia, pasando por el incesto y, supongo, acabando en la zoofilia.

A partir de ahí pueden tener ustedes todas las pesadillas -los idiotas las llaman 'fantasías'- que queráis: siempre os quedareis cortos. Hasta puede ocurrir lo del ruso que pretendió violar a un mapache y el bicho, moralmente más saludable que el ruso, le arreó un mordisco en el pene.

Hay que detener a ese repugnante pedófilo pero también pensar en cómo y por qué hemos llegado hasta aquí. Si queréis parar la pederastia volved a la pureza de corazón.

Hispanidad

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