Y entre tanta polvareda se nos perdió don Beltrán. Se nos perdió el discurso de Obama, el mensaje del galardonado. Ya dijimos que el presidente necesitaba montar el número justamente en Notre Dame, arquetipo de la enseñanza católica en Estados Unidos. Y el número, como bien explica Noticias Globales Obama es el rey del sincretismo. Seguramente suena con una religión universal, tan light que no diga absolutamente nada o se interprete en clave new age, eco-panteísta o sencillamente chorra.
Y ya se sabe que el sincretismo soporta cualquier credo menos el credo católico, entre otras cosas porque el eclecticismo siempre es liberticida. Como Obama.
Eulogio López
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