El jarro de agua fría no ha podido ser peor. El INE hacía público en la mañana de este jueves la caída del 4,2% de nuestro PIB en el segundo trimestre. Es el peor dato desde que en 1970 se iniciara la serie estadística. O sea, nunca hemos estado peor y además se empeora el adelanto de Eurostat que hasta la actual crisis era fuente fiable.
La situación, como apunta Uxue Barkos (NaBai) es un verdadero tsunami económico. Todo va mal. El consumo cayó en el primer semestre del año un 5,9%, la inversión retrocedió un 18,1%, los bienes de equipo un 28,9%, la construcción un 12%, las infraestructuras un 1,2% y la vivienda residencial un 25,5%. Por capítulos, las caídas en la industria fueron del 18,1%, en la energía fue del 9,7%, en construcción del 6% y en servicios al mercado del 2,3%. Tan sólo agricultura y ganadería recortaron un ligero 1%.
Obviamente, la caída de la actividad conlleva pérdidas de empleo. En el último año se han pedido 1.369.000 empleos. Muchos aunque Corbacho sugiere que los datos de paro registrado serán algo más benignos. No obstante, el propio ministro reconoce que se trata de malos datos, aunque matiza que eran previsibles.
¿Y qué va a hacer el Gobierno? Extender la protección. Esta es la prioridad. Porque en la comparecencia de esta mañana no ha quedado claro si estos parados recibirán itinerario de formación de acompañamiento ni si el Fondo Social Europeo va a adelantar los fondos para que las CCAA realicen esas tareas ni si esos trabajadores saldrán de las estadísticas del paro al estar supuestamente en cursos de formación. Ya saben, el maquillaje Caldera.
Lo único que ha quedado claro de la comparecencia del ministro es que no va a haber reforma laboral. A pesar de la evidencia de que las economías francesas y alemanas están sorteando la crisis y de que el paro español duplica al europeo. Algo estaremos haciendo mal y las reformas deben de hacerse sin posiciones maximalistas, señalaba esta mañana en el Congreso el secretario ejecutivo de Política Económica y de Empleo del PP, Álvaro Nadal. El popular le anima a emprender las reformas que le pide el gobernador del Banco de España, el comisario de Asuntos Económicos, el secretario de Estado de Economía, el presidente de la CNMV y el consejero del BCE, González Páramo. Añade Nadal que la actual dualidad el mercado de trabajo es ineficiente y socialmente injusta. Corbacho lo niega, pero además le espeta que si eso es así, ¿por qué no lo hicieron ellos durante sus gobiernos?
Por supuesto los populares apelan a la reforma de 1997, pero Corbacho recuerda que desde 1994 ha habido 5 reformas laborales sin que estas hayan permitido recortar una temporalidad que comenzaba en 1984, el famoso decreto González cuando señalaba que el peor empleo es el que no se genera.
Así que no hay problema de reformas, sino de modelo productivo. Y hasta que lleguemos a ese nuevo modelo productivo (planificado chapuceramente en la llamada Ley de Economía Sostenible) lo que hay que hacer es proteger. Ese el discurso de Corbacho que aprovecha su intención para colocar contra la pared a los populares con un punto gordo de demagogia. ¿Están Uds en contra de los contratos temporales? ¿Están en contra de que estos parados sin protección reciban una ayuda? ¿Están en contra de que esos 400.000 trabajadores hayan podido trabajar durante la vigencia del plan E? Ahora ya les podemos decir a los parados que el PP no va a estar nunca con ellos.
En paralelo, la bolsa marca máximos. El sector financiero ha recuperado gran parte de lo perdido con la crisis. Sin duda el mercado está premiando el Frob, es gran manguera con la que el gobierno pretende tapar sus ineficiencias y gestión irresponsable. En todo caso, todo parece apuntar a que nos encontramos ante una salida en falso de la crisis. Una salida especulativa que necesariamente volverá a pincharse. Porque no es posible que el mercado salude con entusiasmo un recorte del 4,2% de la actividad y un incremento del paro en 1,3 millones. Es verdad que la repuntado la productividad un 3,2% debido al paro. Pero es una productividad insuficiente en un entorno poco fiable. Por eso probablemente el mundo del dinero está volviendo a alimentar otra burbuja que volverá a pinchar.
Mientras tanto, las reformas tendrán que esperar. Eso sí, el gobierno se dispone a repartir dádivas financiadas con deuda sin expectativas de futuro ni unas reformas que exigen prácticamente todos los grupos políticos. Cierre de filas.