El plantón que el jueves 2 protagonizó el PP en el Congreso de los Diputados ha sido criticado por muchos como un modo impropio de las reglas no escritas de la cortesía parlamentaria. El País se suma a esta crítica, pero advierte a los socialistas que deberán ser más "finos" en sus relaciones con la oposición. Más que nada porque el PP tiene mayoría en el Senado y es la llave para la reforma constitucional, como se encargó de recordar el jueves el líder de los populares Mariano Rajoy.
El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Angel Cortés, mostró en Intereconomía su desconfianza hacia un partido que había violado el Pacto de Estado para la Justicia que él mismo firmó. Eso justifica, a su juicio, el plantón parlamentario que los populares protagonizaron en sede parlamentaria. "Un atropello en una sesión sin precedentes", señaló. Pero hay más. Cortés llegó a sugerir que las "prisas" socialistas para aprobar la reforma de la ley para los nombramientos de altos cargos judiciales tienen algo que ver con los problemas del PSOE con la justicia...
Cortés se mostró también contrario a celebrar que el presidente del Congreso, Manuel Marín, se acogiese al reglamento parlamentario, cuando estuvo a punto de retorcerlo por sugerencia del portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Las prisas socialistas en este punto resultan chocantes: Consejo de Ministros extraordinario el lunes 29, negación del trámite consultivo, no publicación del texto, debate sin informe jurídico de la Cámara, negación de la palabra al portavoz popular Eduardo Zaplana, Pleno extraordinario por urgencia y debate en lectura única sin debate parlamentario. Mucho. Por eso, Zaplana anunció la reprobación del presidente de la Cámara y Cortés informó que acudirían a los tribunales para denunciar los actos jurídicos considerados ilegales.