Se trata de la primera vez que Rajoy hace profesión pública de fe. Se declara católico, aunque señala que defiende el matrimonio entre un hombre y mujer, no como católico, sino por sentido común. Defiende que haya una regulación de las uniones de homosexuales, que es lo que están pidiendo, no el matrimonio. Según Rajoy, la aprobación del matrimonio homosexual forma parte de la manía de Gobierno por parecer extraordinariamente moderno. Y sobre la demandada poligamia, señala con sorna: Podría decir algunas cosas, pero mejor no las digo.
Por otra parte, en relación al debate social suscitado sobre las declaraciones del portavoz de la Conferencia Episcopal, P. Martínez Camino, y la rectificación del órgano de gobierno de la Iglesia, Rajoy defiende el derecho de la Iglesia Católica y de todas las confesiones religiosas, añade- a que enseñe a sus fieles el contenido de su Doctrina. Después debe de ser el Gobierno el que tome las decisiones que considere oportunas en función del interés general, añade Rajoy.