Mientras el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, daba cuenta de la remodelación gubernamental, en Madrid se daba una rueda de prensa bien distinta. El eurodiputado más votado de todo el parlamento de Estrasburgo, el conservador británico Daniel Hannan presentaba en España el proyecto de la formación británica para crear un grupo parlamentario fuera del Partido Popular Europeo (PPE), donde hasta ahora se han integrado tanto los tories de David Cameron como los españoles del PP. Hannan explica el porqué de este intento de ruptura para el que se necesitan 23 diputados de  8 países distintos: A nosotros no nos gusta ni la corrupción europea ni que Europa se convierta en un estado supranacional Según un estudio del Gobierno alemán, el 75% de las leyes nacionales de los 27 países miembros de la Unión emana de Bruselas pero el Europarlamento no tiene potestad para hacer leyes, sino que éstas dependen de los 27 miembros de la Comisión. En definitiva, Hannan recuerda el déficit democrático en el que se desenvuelve la UE y considera lógico romper con un PPE cuyos miembros han convertido el europeismo en un monopolio en un continente sin pluralismo en el Parlamento europeo no hay oposición. Todos están a favor de más poder paneuropeo, pero no existe la alternativa. Nuestro partido quiere ser esa alternativa.

Naturalmente, el morbo de la presencia de Hannan en España nada tiene que ver con esta cuestión. El asunto clave es que, aunque repite una y otra vez que viene a España a titulo personal si bien aclara sin desautorización de mi partido- es evidente que su rueda de prensa conjunta con el presidente de Alternativa Española (AES) Rafael López Diéguez, quiere decir algo muy sencillo: los tories de David Cameron animarán a los 800.000 residentes británicos en España, todos ellos con derecho a voto, a votar a AES en las próximas europeas del 7 de junio. No sólo eso, sino que ya son un tercio de esos 800.000 los que están inscritos en toda España y los conservadores británicos están realizando una campaña para animar al resto a que haga lo propio. El argumento más utilizado es que muchos de esos residentes, generalmente pensionistas, son víctimas de abusos urbanísticos en el Levante y el Sur de España, así como en Canarias, y no tienen recuerda Hannan- representantes políticos que les defiendan.

Por tanto, se trata de crear un nuevo grupo parlamentario y en España los conservadores quieren que su aliado sea Alternativa Española. No es, pues, de extrañar que Mariano Rajoy se haya cogido un cabreo de mucho cuidado y que la prensa adicta del PP haya tratado de desacreditar tanto a Hannan como a López Diéguez, tildando a AES de ultraderechista. Hannan, sin embargo, lo tiene muy claro, incluso alude veladamente a la corrupción reinante entre los partidos españoles mayoritarios, sobre todo en materia urbanística: Cada semana me llegan a mi despacho en Bruselas más de una decena de casos de residentes británicos, aunque me costa que también hay alemanes y holandeses, víctimas de corrupción urbanística en España que los representantes políticos españoles, de cualquier partido, no están dispuestos a aceptar.

En cualquier caso, esta es la oportunidad más clara de que un partido como AES, que defiende los principios innegociables de Benedicto XVI vida, familia, libertad de enseñanza, bien común y libertad religiosa- rompa el sistema y consiga representación en el Parlamento de Estrasburgo. En el caso español, uniendo los votos de los británicos residentes en España con los de los españoles que voten a AES.

Esto es lo que más teme ahora mismo Mariano Rajoy cara a la cita del 7 de junio. Por ello, cuando Hispanidad le pregunta a Hannan si está recibiendo presiones del PP para que abandone el proyecto en nuestro país, la respuesta es doble: en público, ni palabra; en privado, muchas.