Naturalmente, el morbo de la presencia de Hannan en España nada tiene que ver con esta cuestión. El asunto clave es que, aunque repite una y otra vez que viene a España a titulo personal si bien aclara sin desautorización de mi partido- es evidente que su rueda de prensa conjunta con el presidente de Alternativa Española (AES) Rafael López Diéguez, quiere decir algo muy sencillo: los tories de David Cameron animarán a los 800.000 residentes británicos en España, todos ellos con derecho a voto, a votar a AES en las próximas europeas del 7 de junio. No sólo eso, sino que ya son un tercio de esos 800.000 los que están inscritos en toda España y los conservadores británicos están realizando una campaña para animar al resto a que haga lo propio. El argumento más utilizado es que muchos de esos residentes, generalmente pensionistas, son víctimas de abusos urbanísticos en el Levante y el Sur de España, así como en Canarias, y no tienen recuerda Hannan- representantes políticos que les defiendan.
Por tanto, se trata de crear un nuevo grupo parlamentario y en España los conservadores quieren que su aliado sea Alternativa Española. No es, pues, de extrañar que Mariano Rajoy se haya cogido un cabreo de mucho cuidado y que la prensa adicta del PP haya tratado de desacreditar tanto a Hannan como a López Diéguez, tildando a AES de ultraderechista. Hannan, sin embargo, lo tiene muy claro, incluso alude veladamente a la corrupción reinante entre los partidos españoles mayoritarios, sobre todo en materia urbanística: Cada semana me llegan a mi despacho en Bruselas más de una decena de casos de residentes británicos, aunque me costa que también hay alemanes y holandeses, víctimas de corrupción urbanística en España que los representantes políticos españoles, de cualquier partido, no están dispuestos a aceptar.
En cualquier caso, esta es la oportunidad más clara de que un partido como AES, que defiende los principios innegociables de Benedicto XVI vida, familia, libertad de enseñanza, bien común y libertad religiosa- rompa el sistema y consiga representación en el Parlamento de Estrasburgo. En el caso español, uniendo los votos de los británicos residentes en España con los de los españoles que voten a AES.
Esto es lo que más teme ahora mismo Mariano Rajoy cara a la cita del 7 de junio. Por ello, cuando Hispanidad le pregunta a Hannan si está recibiendo presiones del PP para que abandone el proyecto en nuestro país, la respuesta es doble: en público, ni palabra; en privado, muchas.