El intrincado problema de los telediarios de autor o la historia de la manipulación informativa en TV

 

Él no lo sabe, pero en el entorno de Esperanza Aguirre, especialmente el vicepresidente del Gobierno madrileño, Ignacio González, ya está pensando en sustituirle como director general de Telemadrid. Toda vez que el PSOE le ha arrebatado la TV nacional al Partido Popular, Telemadrid se pretendía fuera el apoyo informativo del nuevo Partido Popular de Mariano Rajoy. Conquistar Madrid es comenzar a conquistar el Estado.

 

Para ello, Esperanza Aguirre decidió nombrar a quien fue su responsable de prensa, el periodista Manuel Soriano. Este, a su vez, se empeñó en reinventar la TV, especialmente los servicios informativos, cediendo el telediario estrella a Germán Yanke, un periodista de la cuadra de Federico Jiménez Losantos. Yanke se empeñó en hacer lo que se llama un "telediario de autor", con entrevistas largas y análisis profundos, a las 20,30 horas, algo a lo que la gente no está acostumbrada. Conclusión, la cuota de pantalla se redujo del 10 al 5%, un verdadero desastre, mientras las programación general también se reducía en un 20%.

 

Soriano pide entonces consejo al menos a dos personas: Eduardo Matilla, consultor de comunicación que ha trabajado para la CEOE, y el despacho de Saénz de Buruaga, dedicado a asesorar a políticos y medios informativos en materia de televisión. Ambos coinciden en que el telediario de autor de Yanke ha reducido a escombros la audiencia de Telemadrid. Coinciden en que ese tipo de telediarios resultan tostones a esas horas. Como en TV está todo inventado, traen a la memoria el caso de Larry King, el conductor televisivo norteamericano que abunda en ese tipo de periodismo… pero en la madrugada.

 

Así que Soriano está dispuesto a seguir su consejo…. Sólo que a medias. Quiere trasladar el telenoticias de Germán Yanke a las 23,30 de la noche, mientras sus asesores le aconsejan que lo traslade a la madrugada, a ser posible a las 1,00 horas.

 

Y es que a las 23,30 Telemadrid recoge la audiencia que pierden los canales Tele 5 y A-3 TV, cuando abandonan sus teleseries, sin duda una de las agresiones más peligrosas a la buena salud psíquica de los españoles, pero que gozan de gran audiencia. La postura de Soriano es comprensible: vendió a Yanke como la gran estrella renovadora y lo único que ha renovado es la cuota de pantalla. 

 

Añadan esto: Durante los primeros seis meses, a Telemadrid se le va a pagar 25 millones de euros menos por publicidad que durante el mismo periodo del año anterior. La exclusiva de publicidad con Telemadrid la lleva Recoletos (se lleva un 5% del total), lo que significa que Telemadrid está en manos de Recoletos. El contrato (aquí no tiene ninguna culpa Soriano, dado que lo heredó del anterior equipo controlado por Gallardón) no se puede romper hasta finales de año.

 

Al final, lo que ocurre en Telemadrid es un espejo del drama televisivo, el medio más importante de la sociedad de la información. Se trata de hacer una televisión más seria que la televisión basura (y los telediarios-basura) a los que estamos acostumbrados, pero eso no tiene por qué convertirse en un tostón. Los informativos de Tele 5, por ejemplo, propiedad del conservador Berlusconi, se han convertido en el mayor azote de la derecha española, del Partido Popular. Lo que empezó siendo una estrategia durante el periodo Aznar, para distanciarse del resto de canales que apoyaban al PP, se ha convertido en ideario del canal. Eso sí, los telediarios de Tele 5 simulan un periodismo objetivista, al menos en el telediario más masivo, el de la tarde, para abrir golpeando al Partido Popular en particular y ridiculizar (ese es el segundo mandamiento de Tele 5) cualquier principio cristiano, otra opción que les ha proporcionado mucho éxito entre el siempre presente anticlericalismo hispano.

 

Pero lo hacen sin que se note, sin un planteamiento editorialista, que pone en guardia al lector. La TV es imagen, y hay que vender imagen. En Telemadrid, Soriano y Yanke, que le va a buscar la ruina al director general, aún no han caído en la cuenta.  La TV no es prensa, ni radio, ni internet: en TV aún vende el periodismo objetivista, el más parcial de todos, pero también el más digerible de todos para un público no especialmente crítico.

 

Volviendo a Telemadrid, el vicepresidente González ya piensa en que cualquiera de los dos segundos que le colocó a Soriano serían buenos sustitutos: Martín Vizcaíno, hombre de la máxima confianza de González, y Ramón Pradera. Lo más gracioso de todo es que a Soriano se le ha acusado de comprar demasiados documentales al productor Jorge Sánchez Gallo, simplemente por que colaboró en uno de sus productos. Pues lo cierto es que el canal de Sánchez Gallo en Telemadrid no es Soriano, sino Vizcaíno.

 

Por cierto, el nuevo programa de Marta Robles en Telemadrid es propiedad de una empresa valenciana. Sí, muy cierto, sólo que el administrador único de esa empresa es… Jorge Sánchez Gallo. Un monstruo, oiga.

 

En cualquier caso, o Soriano cambia y remonta audiencia o le van a cambiar a él. Para Ignacio González, el hombre clave en todo este enredo,  el experimento de una TV del Partido Popular, una tele más profunda que sus competidoras, puede acabar en fiasco de audiencia. Y de nada sirve un mensaje profundo si no hay audiencia que desee escucharlo.