La lectura del libro del profeta Ezequiel (28, 1-10) del pasado martes me ha hecho reflexionar creyendo, como creo, que Dios habló por los profetas y en la intemporalidad de la Biblia; el profeta denuncia:
Tu corazón se ha ensoberbecido y has dicho: Soy Dios, estoy sentado en el trono de Dios, ... pero eres hombre y no Dios, y te crees tan sabio como Dios; pretendes ser más inteligente que Daniel y conocer todos los secretos; con tu sabiduría y habilidad te has hecho rico, has amontonado oro y plata en tus tesoros; con astucia de comerciante has aumentado tus riquezas y te has ensoberbecido por tu fortuna
El aviso de Ezequiel de todo lo anterior, en la intemporalidad, puede referirse al hombre de la civilización occidental que tan lejos se ha situado de Dios y por eso también dice el Señor: Porque te has creído tan sabio como Dios, por eso mandaré contra ti a los más feroces de los pueblos extranjeros, que desenvainarán su espada contra tu esplendor y tu sabiduría y acabarán con tu grandeza. Ellos te matarán y el mar será tu sepultura ¿Ante la mano misma de tus verdugos te atreverás a afirmar todavía que eres Dios, cuando no eres más que un hombre? Morirás como un pagano a manos de extranjeros, porque así lo digo yo, el Señor Dios.
¿No pueden ser los musulmanes esos feroces pueblos extranjeros que nos matarán como paganos o infieles
José Antonio Matji Tuduri