Los efectos de la situación en Iraq se acentúan con la crisis petrolífera. Durante la mañana del martes 1, no hubo otra noticia económica que la situación del mercado del crudo con un petróleo Brent que se aproximaba a los 39 dólares el barril, tras los atentados en Arabia Saudí. Y es que el régimen de Riad constituye, ahora mismo, la clave para mantener un precio del petróleo en niveles aceptables para Occidente. Arabia se ha convertido en el único apoyo de las economías occidentales para que el precio del crudo no alcance cotas imposibles de asumir, especialmente por la Unión Europea y Japón, que son las dos áreas de la OCDE energéticamente más dependientes.
Lo que los líderes mundiales dudan, en este momento, es que Riad pueda mantener, bajo los atentados de Ben Laden, su reto a la OPEP para aumentar la producción de crudo.