También habla de combatir la "corrupción" y de mejorar "el rendimiento" económicoEl Partido Comunista Chino ha inaugurado su 18º Congreso. Lo hizo el presidente de China, Hu Jintao, quien con toda seguridad será relevado en el cargo al frente del partido y de la nación. Y su discurso lo dedicó a la corrupción, curiosamente, en un país que presume de sistema económico, no en vano sigue siendo uno de los pocos comunistas que quedan en el mundo.
El bueno de Hu Jintao hizo un llamamiento a no abusar del poder y a luchar contra la corrupción, por los recientes escándalos que han salpicado a altos cargos del PCCh. Por ejemplo, el de Bo Xilai, ex alto dirigente comunista que ha sido expulsado del partido político por su implicación en el asesinato de un empresario británico. O, por ejemplo, las revelaciones del diario estadounidense 'The New York Times', según el cual la familia y los amigos del primer ministro del gigante asiático, Wen Jiabao, han amasado una fortuna de 2.700 millones de dólares (2.087 millones de euros), oculta en una red empresarial.
"Los dirigentes del PCCh no deben abusar de su poder", ya que, en caso contrario, la corrupción en el seno de la formación política será castigada "severamente", con independencia del cargo que ostente la persona responsable, dijo Hu Jintao. Y advirtió que, si la élite política "falla en la lucha contra la corrupción, será fatal para el PCCh, ya que podría provocar su colapso, e incluso la caída del sistema estatal".
El presidente chino también ha hecho una firme defensa de la economía socialista, "un desarrollo del modelo basado en la mejora de la calidad y del rendimiento, de acuerdo con los cambios en la economía nacional e internacional". En este contexto, Hu ha señalado la necesidad de llevar a cabo una reforma de la estructura política de China. "Debemos seguir realizando esfuerzos activos y prudentes para extender la democracia popular, para consolidarla y profundizarla", ha apuntado.
Tiene gracia que el presidente chino hable de "extender" y "consolidar" la democracia popular en un país donde se sigue torturando y violando los derechos humanos de las personas, por ejemplo, con la política del hijo único, obligando a abortar a las madres que se salten esa política, etc.
Y en un país donde el capitalismo salvaje -la esclavitud de los trabajadores- se mezcla con un comunismo leninista también salvaje que se supone que tendría que defender los derechos de esos mismos trabajadores. Todo ello unido a la corrupción hacen de China un gigante con pies de barro. Veremos cuánto aguanta el sistema.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
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El presidente saliente de China, Hu Jintao, habla de "consolidar" la democracia en un país sin derechos humanos
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